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En la mayoría de los casos el principal motivo por el que se presenta vértigo y mareos es una lesión en la zona cervical, cuyas vértebras se relacionan con el equilibrio y la postura. Estos problemas también pueden ser acompañados de un zumbido en los oídos.
El área de la neurología es muy extensa, por lo que trata una gran variedad de patologías y condiciones, entre las que destaca el vértigo, los mareos y el tinitus o zumbido en los oídos, que pueden deberse a una lesión en las vértebras cervicales, cuya solución puede ser un tratamiento farmacológico y la aplicación de ajustes de quiropráctica. En nuestro centro quiropráctico Marmier en San Sebastián Donostia somos especialistas en tratar esté tipo de síntomas
En realidad, cualquiera de estas tres condiciones no representa una enfermedad como tal, pero sí es un síntoma de que existe alguna lesión, la cual puede ser del oído interno o de la cervical.
En el caso del tinitus o zumbido, se refiere a un sonido que se genera en el oído de una persona y que no es de origen externo.
El mareo, por su parte, se trata de una sensación de desequilibrio y desvanecimiento que presentan las personas, la cual puede estar acompañada de náuseas y dolor de cabeza. Comúnmente a esto se le conoce como vértigo y se puede tratar con un medicamento o una terapia, dependiendo de aquello que lo origina.
En la gran mayoría de los casos, las personas que presentan estos síntomas tienen una lesión o desplazamiento de las vértebras cervicales C1 y C2, las cuales influyen directamente en la postura y el equilibrio. Cuando presionan los nervios de la zona cervical suelen provocar estas molestias todas juntas.
En otras ocasiones menos comunes, estos síntomas pueden presentarse como consecuencia de una afección o trastorno en el sáculo, los canales semicirculares o el utrículo del oído interno, que son las encargadas de notificar al cerebro el equilibrio y la posición de la persona.
Otra causa de esto es la enfermedad de Ménière, que además del vértigo, los mareos y el tinitus, ocasiona sordera o pérdida de la audición. Esto se debe a una afectación propia del oído interno, que puede ser consecuencia de una infección no tratada, por ejemplo.
También es probable que esta condición se presente en una persona que sufre de migrañas o que ha pasado por un efecto de latigazo en la cervical, incluso algunos movimientos bruscos, la acumulación de mucho cerumen en el oído medio, así como la ototoxicidad provocada por el consumo de algunos fármacos puede desencadenar estas molestias.
Tal como te mencionamos previamente, estos síntomas pueden surgir como consecuencia de una lesión o condición específica, por lo que el tratamiento que se aplica depende directamente de la causa del problema.
Y es que cuando se debe a una lesión en la cervical, por ejemplo, no basta con la ingesta de medicamentos analgésicos o que combatan el vértigo, pues solo provocan un alivio temporal porque no tratan la causa como tal.
De acuerdo con los datos arrojados por la etiología de estas condiciones, la quiropráctica ha resultado ser un mecanismo muy útil y eficiente para reducir o eliminar por completo las molestias ocasionadas por los zumbidos de los oídos, los mareos y el vértigo.
Y es que se trata de una práctica a través de la cual se logra posicionar de manera correcta todas las vértebras de la columna, en especial las de la cervical, evitando así que generen algún tipo de presión sobre los nervios de los oídos y provocando un alivio para el paciente.
Con la quiropráctica se obtiene un envío y funcionamiento adecuado de los impulsos nerviosos, gracias a que las vértebras se ubican en la posición correcta.
Antes de explicarte cómo se lleva a cabo el proceso de quiropráctica, debes saber que este tipo de técnicas deben ser aplicadas solamente por un especialista en la materia, en vista de que allí se corrigen tejidos nerviosos complejos y vértebras importantes para el funcionamiento del cuerpo.
Una vez que el paciente llega al consultorio, el especialista le realiza un examen completo del estado de su columna vertebral, con el objetivo de identificar si existe algún desalineamiento de las vértebras, a lo que se le conoce como subluxaciones. También se detectan otros problemas de columna que pueden ser corregidos con esta técnica.
Después de conocer qué tipo de afección tiene la persona, comienza a realizar los ajustes quiroprácticos lo más precisos posible para poder restablecer la posición correcta y movilidad de las vértebras, permitiendo de esa manera que los nervios y los vasos sanguíneos puedan trabajar de manera continua y fluida, evitando una posible presión de las vértebras.
Gracias a que se logra la transmisión de la información nerviosa de manera normal, es posible que la persona controle mejor el equilibrio entre el ojo, el oído y el cerebro.
Si los mareos, el vértigo o el zumbido en los oídos llega a presentarse de forma muy frecuente, puede que se esté desarrollando la enfermedad de Ménière o haya problemas en las vértebras cervicales, por lo que es necesario acudir con un quiropráctico para obtener un diagnóstico preciso y recibir el cuidado que sea necesario.