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La eficacia de la quiropráctica en la disminución de la ansiedad, el estrés físico y emocional ha sido corroborada por una multiplicidad de estudios científicos a lo largo de los años. Esto se debe a que corregir las subluxaciones presentes en la columna vertebral va más allá de lo físico para favorecer una mejor adaptación al estrés y un funcionamiento adecuado del sistema nervioso
Cuando escuchamos referencias acerca del estrés tendemos a pensar solamente en aquello que nos produce angustia e intranquilidad, pero esa es una de las situaciones vinculadas a estados estresantes. Lo cierto es que la quiropráctica ha identificadodistintos tipos de estrés que afectan nuestro bienestar y perjudican nuestro sistema nerviosoe incluso nuestro sistema inmunitario.
Existe el estrés emocional que aparece debido a responsabilidades laborales o personales, por aquellos eventos que causan ansiedad o por la angustia producida por hechos concretos como un divorcio o el duelo por la pérdida de un ser querido.
Por otro lado, está el estrés químico, el cual se relaciona con los elementos externos que recibe nuestro organismo, desde el agua que bebemos hasta los medicamentos, o el consumo de tabaco, alcohol o drogas.
Finalmente tenemos el estrés físico, que puede aparecer por la actividad deportiva, una mala postura frente al ordenador, cargar y descargar pesos excesivos o las caídas, los accidentes de tránsito o los golpes. Aunque la vida sedentaria también puede ocasionar una subluxación en la columna vertebral y afectar a nuestra vida diaria.
Cuando estamos bajo situaciones de estrés olvidamos más las cosas, perdemos capacidad de concentración y aparecen problemas digestivos, trastornos de sueño. Nuestro peso comienza a fluctuar y, por si fuera poco, muchas veces dejamos de hacer ejercicio para terminar en terrenos menos saludables como aumentar el consumo de alcohol.
Tener mucho estrés, bien sea emocional, físico o químico, puede afectar nuestro organismo y sobre todo la columna vertebral, donde puede surgir una subluxación que reduzca nuestro bienestar, al alterar la alineación y obstruir la energía que fluye por todo el sistema nervioso.
Cuando nos encontramos sumidos en un alto nivel de estrés, nuestro cerebro envía mensajes a los músculos para que permanezcan tensos. Esto ocurre especialmente en el cuello, la cabeza, y, por supuesto, toda la columna vertebral.
Si estas situaciones de estrés son repetitivas y constantes, pueden aparecer subluxaciones vertebrales que producen una nociva interferencia con el flujo energético del sistema nervioso.
Nuestro sistema nervioso simpático se activa bajo situaciones de estrés como una respuesta de huida o lucha que concentra toda la energía en las modalidades que garantizan la supervivencia. Por ello, nuestros músculos se tensan, la presión arterial y el ritmo cardíaco se elevan y la frecuencia respiratoria se acelera. Todos los sentidos permanecen en estado de alerta.
Y, precisamente por un asunto de supervivencia, toda la energía se aleja de otras funciones fundamentales como la inmunidad, la digestión o la tranquilidad emocional.
Una subluxación se convierte en un ingrediente de estrés adicional que atrapa nuestro cuerpo en un ciclo permanente de respuesta a esas situaciones. Por ello, la quiropráctica puede incrementar nuestra capacidad de tolerar estados estresantes.
¿Cómo lo logra? Aligerando los efectos del estrés, liberando las tensiones mediante la corrección de las subluxaciones.
Mediante la quiropráctica es posible alcanzar los siguientes objetivos que benefician nuestra vida:
Uno de los focos de los ajustes quiroprácticos es activar el sistema nervioso parasimpático para producir una recuperación, mejorando la capacidad de adaptación de nuestro cuerpo, haciendo que nuestro organismo se adapte mejor para que su reacción sea más saludable.
Es así como la quiropráctica nos permite gestionar el estrés de la mejor forma, aumentando nuestra capacidad de adaptación. Esto se logra actuando con ajustes manuales sobre las interferencias nerviosas que van a través de la columna vertebral.
De esta manera, la quiropráctica puede restablecer el equilibrio no sólo del sistema nervioso, sino de nuestras áreas musculares, esqueléticas, digestivas, respiratorias, reproductivas y hormonales.
El cuidado quiropráctico nos ayuda a desarrollar una respuesta saludable al estrés, al tiempo que disminuye los perjuicios físicos derivados de las situaciones estresantes.
Con el cuidadp quiropráctico la ansiedad se reduce, recuperamos nuestro bienestar físico y mental y, en definitiva, mejoramos nuestra calidad de vida.
Cuando recibimos ajustes quiroprácticos definidos, nuestro cuerpo se autorregula mejor. Todos, absolutamente todos, podemos beneficiarnos de un buen cuidado quiropráctico, pero hay personas que lo necesitan más que otras. A continuación mencionamos dos ejemplos.
Los deportistas
Como sabemos, los deportistas someten sus cuerpos a un intenso estrés físico para obtener resultados satisfactorios y conservar una buena condición. Pero todo esto tiene un alto costo: las articulaciones se desgastan aceleradamente y en algunos casos se producen también accidentes que provocan estrés físico y emocional.
Lo anterior conduce al colapso del sistema nervioso haciendo que ocurran situaciones de malestares y dolencias crónicas. Aquí la quiropráctica juega un papel predominante para liberar todas las interferencias y conservar el cuerpo en óptimo funcionamiento.
Las embarazadas
El dolor lumbar que conlleva cada embarazo se reduce notablemente con el cuidado quiropráctico. Pero la quiropráctica tiene mucho más que ofrecer antes, durante y después de la gestación porque consigue un correcto funcionamiento del organismo de la madre.
Y lo más importante es que la quiropráctica no es una acción invasiva. De hecho, el cuidado quiropráctico contribuye a una adecuada alineación pélvica que favorece la posición fetal más conveniente. Además, afirma un buen estado de salud durante el embarazo y provee una excelente atención después del parto.