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Tu postura corporal me ofrece mucha información sobre ti, sobre tu carácter, tu estado de ánimo, si sufres, si tu cuerpo está equilibrado o no, … La postura es el lenguaje del cuerpo, refleja cómo nos encontramos, cómo nos enfrentamos al mundo y revela nuestro interior. Es en nuestro sistema musculo-esquelético donde expresamos nuestras emociones y a través de él nos comunicamos.
Prueba a mirarte en un espejo durante unos días siendo consciente de la posición de tus hombros y de tu espalda y de la emoción que estás viviendo en ese momento.
El agobio, la angustia, la tristeza hace que tomemos una posición encorvada, hacia dentro, nuestra cabeza y hombros sin darnos cuenta los posicionamos hacia adelante, … Cuando tenemos miedo nos encogemos, nos curvamos, nuestro pecho se hunde… La alegría hace que adoptemos una posición erguida, abierta y relajada.
Las emociones que vivimos día a día se “materializan” en nuestro cuerpo y esa postura que adoptamos modifica la biomecánica de la columna, los músculos, los ligamentos, los tendones y todo nuestro sistema óseo. Cuando una emoción se instala durante un tiempo prolongado debemos estar atentos ya que el desequilibrio muscular también se establece de forma permanente y ello desencadena la aparición de dolencias.
La correcta posición de nuestro cuerpo va a evitar lesiones porque una buena postura libera a los músculos y a las articulaciones de sobrecargas. Nos va a ayudar a elevar nuestro nivel de energía, y a mejorar nuestro rendimiento físico.
Por lo tanto, nos ayudará mucho ser conscientes de las posturas que adquirimos en cada momento, y también cuando andamos, cuando estamos sentados, cuando dormimos, cuando usamos el móvil o la tablet porque van a tener consecuencias concretas para nuestra salud.
¿Cuál es la postura correcta?
La postura adecuada es aquella en la que:
– Nuestra cabeza está erguida sobre los hombros y nuestros hombros están alineados con las caderas.
– La pelvis en posición neutra.
– La cabeza alta.
– Lo ideal es la postura que no aumenta ni la curva lumbar, ni la dorsal, ni cervical, es decir, cuando mantenemos las curvas fisiológicas de nuestra columna vertebral. Si no es así, los músculos y articulaciones se irán sobrecargando.
– Así que cabeza, tronco y pelvis las debemos alinear en una línea recta imaginaria.
– Interioriza esta postura.
Al sentarte:
– Hazlo sobre los isquiones (son los huesos en la parte inferior de la columna, se sitúan en la pelvis y son la base de nuestra espalda).
– Pega el sacro al respaldo.
– Los omoplatos apóyalos también sobre el respaldo de tal manera que la espalda quede erguida y descansada en él.
– Los pies siempre en el suelo.
– Pon el asiento a la altura correcta, esto es tus rodillas formarán un ángulo de 90 º.
– Si estás frente a un ordenador, no olvides que la pantalla debe estar a la altura de los ojos.
– Cada media hora, levántate y estira tu cuerpo.
Para dormir:
– Es más saludable acostarnos de costado hacia el lado izquierdo porque beneficia al cerebro, al corazón, al páncreas, al estómago e incluso la sistema linfático.
– A veces, no nos damos cuenta pero mientras dormimos estamos en tensión, adquirimos una postura de alerta, apretamos la mandíbula, nuestros músculos se agarrotan. Debemos, antes de acostarnos, dejar la preocupaciones del día fuera de la cama. Te ayudará agitar los brazos y las piernas como si estuvieras desprendiéndote de algo.
– Por supuesto, hacer meditación o simplemente tumbarte boca arriba en la cama con la palma de las manos abiertas hacia arriba y centrarte en la respiración es totalmente aconsejable.
– Pruébalo mientras cierras la jornada.
Recuerda, se consciente de tu postura y de su incidencia sobre tu cuerpo en cada momento. Te beneficia. ¿Empiezas ya?
2 Comments
Muy interesante gracias
Me parece que la información y los consejos que nos facilitas son muy interesantes. Gracias.