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Conforme el cuerpo envejece, los huesos comienzan a perder densidad. Aunque este proceso es más abrupto en la mujer alrededor de la menopausia, cuando los niveles de estrógenos comienzan a disminuir, también ocurre en los hombres pero de una manera más lenta cuando disminuyen las hormonas masculinas con el paso del tiempo.
Sin embargo, con métodos de prevención adecuados, la osteoporosis y los problemas que la acompañan (como las fracturas de huesos) puede reducirse drásticamente e incluso evitarse por completo. No obstante, es muy importante comprender que es mucho más fácil prevenir la pérdida de densidad ósea que su curación. Una vez que el hueso empieza a degradarse y se pierde masa ósea, se vuelve realmente difícil y, a veces, incluso imposible recuperar esa pérdida. Con las medidas adecuadas es posible ralentizar o incluso detener la pérdida de masa ósea, pero la prevención es clave.
Los tratamientos médicos más comunes son principalmente la dieta y, en general, a la gente se le recomienda tomar algún tipo de suplemento de calcio y/o aumentar la ingesta de productos lácteos. Esto es totalmente ineficaz e incluso puede tener efectos contrarios a los deseados por dos razones:
Hay una enorme diferencia entre el contenido de calcio de un alimento y su bio-disponibilidad (la facilidad que tiene el cuerpo para absorberlo y utilizarlo). Aunque es cierto que los productos lácteos son ricos en calcio, tienen una muy baja biodisponibilidad, lo que significa que el cuerpo no puede absorberlo o utilizarlo. Lo mismo ocurre con la mayoría de los suplementos de calcio sintético.
Los productos lácteos tienen un alto contenido en proteínas y la proteína animal acidifica la sangre causando una disminución del pH. Para contrarrestar esta disminución del pH y volverlo neutro el cuerpo necesita encontrar un agente alcalinizante y, como resulta que el calcio hace esa función, lo toma directamente de los huesos. Por lo tanto, es fácil entender que el aumento de la ingesta de productos lácteos no resolverá la osteoporosis sino que la empeorará por el agotamiento de los huesos debido a su mayor necesidad de calcio.
Investigaciones científicas recientes han demostrado que las mujeres con alto consumo de productos lácteos son más propensas a las fracturas óseas que las mujeres cuyas dietas son bajas en productos lácteos, tales como las mujeres de ciertas tribus de Asia.
Así que, si realmente quieres prevenir la osteoporosis o si ya has sufrido pérdida de densidad ósea, pero deseas detenerla e incluso revertir el proceso, ¿cuáles son algunas medidas eficaces que puedes tomar?
En el nivel nutricional es cierto que la ingesta de calcio es importante, pero es necesario seleccionar los alimentos que no sólo son ricos en calcio, sino cuyo calcio puede ser utilizado por tu cuerpo. Alimentos con alto contenido en calcio con una alta biodisponibilidad son las verduras, especialmente las espinacas, el brócoli, la col rizada y también las vainas (alubias o judías verdes). Los frutos secos no sólo son deliciosos y saludables, sino que también contienen mucho calcio y los higos secos son especialmente ricos en calcio. Frutos secos como las almendras o como las semillas de sésamo son también maravillosas y saludables fuentes de calcio.
Cuando se habla de osteoporosis, tu peor enemigo es el sedentarismo y la falta de actividad. Nuestras vidas se han vuelto más y más estáticas: nos sentamos frente al televisor, en nuestros coches o en el transporte público para ir de un lugar o otro, usamos ascensores y escaleras mecánicas y básicamente nos volvemos cada vez más perezosos. Pero, estarás pensando… ¿esto qué tiene que ver con la osteoporosis?
Los movimientos del esqueleto son posibles gracias a los músculos, que se unen a los huesos a través de los tendones. Cuando los músculos se necesitan para cualquier tipo de actividad física, tiran de los huesos para moverlos y esta misma acción de tirar crea una cierta tensión en los huesos. Si esta tensión se repite lo suficiente, se pondrá en marcha el organismo para fortalecer el hueso para que sea más fuerte mediante el depósito de minerales como el calcio y el fortalecimiento de toda la estructura. Por la misma razón el hecho de participar en algunas actividades físicas también crea estrés en los huesos y los fortalece directamente gracias a la fuerza de la gravedad.
Existe una ley llamada ley de Wolfe, que establece que “los huesos de una persona sana se adaptan a las cargas que se encuentran debajo”. Lo que significa que si la carga sobre un hueso aumenta, el hueso se va a hacer con el tiempo cada vez más fuerte para resistir la carga. Y lo contrario es cierto: si la carga disminuye en un hueso, los huesos se debilitan.
Al entender esta simple ley, es fácil comprender que una de las mejores maneras de luchar contra el debilitamiento y la pérdida de hueso es mantenerlos en buena forma. Esto se logra utilizando el peso del cuerpo en el ejercicio. La resistencia se consigue con actividades físicas como caminar, andar en bicicleta y levantar pesas.
Ahora que entiendes los elementos clave para preservar y recuperar la fortaleza ósea: haz unos simples cambios en la dieta para que tu cuerpo sea capaz de absorber el calcio y permanece cada vez más activo físicamente para activar el fortalecimiento de tus huesos.