Necesitas este manual GRATUITO
Descárgalo abajo
¡Aaaah!, la siesta. Ese pequeño descanso, ese pequeño momento de paz en medio del día. En pocos minutos puedes recargarte las pilas. Bueno, no todo el mundo piensa eso. Por lo general, hay tres tipos de personas: los que están a favor de que la siesta no se pierda bajo ningún concepto, los que les da igual y los que están totalmente en contra y se niegan a perder el tiempo cerrando los ojos a medio día. ¿Quién tiene razón? No lo sé. Pero echemos una mirada más atenta a lo que es dormir y a cómo debe hacerse para obtener los mejores resultados, porque la siesta puede ser tu mejor amigo o llegar a ser su peor enemigo.
Cinco mitos ampliamente aceptados sobre la siesta
1. La siesta es sólo para los niños. No puede haber nada más lejos de la verdad. Se admite que la necesidad de la siesta es más fuerte en los más jóvenes, pero esto no es una actividad exclusiva de la edad. Todos tenemos que descansar en algún momento durante el día. Sí, el cuerpo humano es una excelente máquina que puede seguir y seguir un poco más. Pero la necesidad de dormir o al menos de tomarte algún tiempo para descansar nunca desaparece de las necesidades humanas básicas. Así que si pensabas que la siesta era sólo para los niños, piénsalo otra vez.
2. La siesta consume mucho tiempo. Bueno, puede que sea así si uno no sabe cómo echar la siesta. La siesta es una de la maneras más eficaces de recuperarse y volver a ponerse en marcha. Entre quince y veinte minutos es suficiente y, honestamente, quien no tienen veinte minutos durante el día para emplearlos en su salud (sí, la siesta es un hábito saludable). Todos perdemos el tiempo en cosas que son perjudiciales para nosotros o no tan productivas, por lo tanto en lugar de malgastar este precioso tiempo, inviértelos en echar una siesta. No sólo es que no sea malgastar el tiempo, sino que diría que es un tiempo ahorrado. Permíteme explicarme: echando una siesta le permites a tu cuerpo descansar, tomarse un respiro en tu actividad habitual y recargarse. Cuando te despiertas después de quince o veinte minutos, estarás descansado y listo para funcionar y, por tanto, serás más eficiente en tu trabajo, lo que te permitirá realizar más trabajo en menos tiempo y de mejor calidad.
Algunos países y empresas están dándose cuenta ahora de que sus empleados son mucho más eficientes cuando se echan una siesta a lo largo del día, por lo que han decidido fomentar las siestas en el trabajo y en algunos casos incluso es obligatorio. Mostraron en un programa de televisión una pequeña empresa que había reservado una habitación especial donde todos los empleados van una vez al día a echar una breve siesta y luego vuelven a trabajar. Después de aplicar este sistema, su productividad se disparó por las nubes y también la satisfacción de los empleados. La siesta no sólo no es un tiempo perdido, sino que mejora el rendimiento y la productividad. Eso es algo que debes explicarle a tu jefe…
3. La siesta hay que echársela en la cama. Este es probablemente el error más grande que algunas personas cometen cuando echan la siesta y es la verdadera razón por la que algunos tienen problemas para dormir por la noche. Por definición, la siesta es corta, en contraposición a una noche completa de sueño, pero tu cerebro tiene que asociar la cama al sueño, tiene que haber una respuesta fisiológica especial que ocurre en tu cuerpo desde el momento en que piensas en irte a la cama y el que te tumbas en ella. El error cuando la gente se echa la siesta en la cama es que entrena el cerebro para asociar la cama con un sueño corto (siesta) y, cuando llega la hora de dormir por la noche, el cuerpo automáticamente piensa que van a echar una siesta y se acaban despertando. Por supuesto, esto no sucede en un día, sino que lleva un tiempo para que el cerebro cree la asociación, pero si se repite lo suficiente, sin saberlo, estarás creando tu propio problema de sueño y mientras sigas echándote la siesta en la cama, seguirás reforzando la idea equivocada. O incluso peor, si la cama ya está asociado con el sueño nocturno, puedes hacer que tu cuerpo alargue la duración de la siesta, que es totalmente lo contrario de lo que debe ser la siesta.
4. La siesta te impedirá dormir por la noche. Lo hará, sólo si no respetas una serie de normas. Pero si sigues las normas, no habrá tal problema. Si la hora de la siesta es la apropiada (a principios de la tarde) y dura un corto período de tiempo (no más de treinta minutos), no afectará a tu sueño nocturno de manera negativa.
5. La siesta te atonta. No si es corta. Mientras permanezcas en las primeras etapas del sueño, serás capaz de despertar y estar espabilado. Pero si te introduces en la fase de sueño profundo durante la siesta, después es cuando empiezan los problemas. Es mucho más difícil levantarse y te sientes como si te hubieras despertado de un período de seis meses de hibernación. Estás atontado. La duración de un ciclo de sueño es de aproximadamente noventa minutos. Sin duda, no quieres dormir una siesta tan larga, ni deseas entrar en el sueño profundo. Una vez más, el tiempo es crítico, te recomiendo una siesta de veinte a treinta minutos, máximo.