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Actualmente, cuando hablamos de salud, parece que sólo tenemos una palabra en la boca: el estrés. ¿Qué es exactamente el estrés y cómo afecta a nuestro cuerpo?
Existe un grado de estrés bueno que se define como la respuesta natural del cuerpo provocada para abordar una situación difícil. Los estresores son los hechos que provocan el estrés y abarcan una amplia gama de situaciones tales como conducir, examinarse, la muerte de una persona querida, los problemas económicos, el sufrir un accidente, el organizar un acto familiar relevante, como la boda de un hijo, etc.
El cuerpo humano responde a los estresores activando el sistema nervioso y segregando unas hormonas específicas. Una parte de tu cerebro, el hipotálamo, manda señales a las glándulas suprarrenales para producir más hormonas de adrenalina y cortisol que serán lanzadas a la circulación sanguínea.
Estas hormonas aceleran el ritmo cardíaco, el ritmo respiratorio, la presión arterial y el metabolismo. Los vasos sanguíneos se abren dejando fluir más sangre a los músculos y los pone en situación de alerta. Las pupilas se dilatan para mejorar la visión. El hígado lanza parte de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y para refrescar el cuerpo producimos el sudor. Todos estos cambios físicos preparan a la persona para que reaccione rápidamente y maneje con eficacia el estrés del momento.
Como puedes apreciar, es una cadena compleja de acciones que se produce en todo nuestro cuerpo y que se realiza en unos segundos gracias a nuestro sistema nervioso (el cerebro, la médula espinal y los nervios). Al trabajar todos correctamente, la persona responde bien bajo el estrés. Pero pueden existir complicaciones: el cuerpo no vuelve a la situación de normalidad y no se reajustarse correctamente. Aquí es cuando comienzan los problemas.
Imagínate por un segundo que estás conduciendo y de repente en una curva un coche aparece delante de ti. En una cuestión de milisegundos, tu cuerpo reacciona correctamente ante la situación de estrés y puedes actuar rápidamente y esquivar el vehículo. Sientes la tensión en el cuerpo, tu corazón late más rápido, respiras más profundo y aceleradamente, etc. Este estado se normalizará pasados unos minutos y tu cuerpo volverá a la normalidad. Sin embargo, puede suceder que tu cuerpo se aferre a ese estrés.
Si esto ocurre, inconscientemente tu cuerpo funcionará como si estuviera bajo el mismo estrés, lo que supone que se encargará de lanzar un alto nivel de hormonas del estrés cuando ya de hecho no son necesarias. Ello afectará a todo tu cuerpo, desde los músculos a los órganos y puede provocar una gran variedad de problemas de salud. Semejante respuesta puede ocurrir también cuando nuestro cuerpo está bajo suaves, pero constantes, niveles de estrés, tales como un divorcio, un período financiero difícil, o la mudanza a un nuevo hogar.
A largo plazo el estrés puede hacer que nuestro cuerpo utilice todas sus reservas, dejándonos abrumados y con sensación de agotamiento, puede debilitar nuestro sistema inmune y provocar muchos otros problemas.
¿Cuáles son las señales de que nuestro cuerpo no está funcionando correctamente y que sufre estrés?
La ansiedad, los ataques de pánico, la irritabilidad y una sensación constante de que te están molestando, el tener siempre prisa, o estar triste y depresivo. Los síntomas físicos, pueden ser los problemas estomacales, los dolores de cabeza, incluso el dolor de pecho, también las reacciones alérgicas, tales como eczema o asma, padecer de problemas para conciliar el sueño, o el beber en exceso, fumar demasiado, etc.
Cada persona sufre el estrés de manera diferente, algunas parecen siempre enojadas e intentan sacar hacia fuera esa tensión interna; otras, en cambio, lo interiorizan y desarrollan desordenes alimenticios, o abusan de sustancias. Incluso algunas personas con enfermedades crónicas ven cómo sus síntomas empeoran cuando tienen sobrecarga de estrés.
Como consecuencia del estrés constante, notarás que eventualmente tu cuerpo comenzará a funcionar mal, y puede incluso derivar a problemas de salud realmente serios. Por lo tanto, si sufres de estrés, mi consejo es que lo reduzcas cuanto antes de tu vida.
¿Qué puedes hacer por controlar tus problemas de estrés?
-Ejercicio: algo muy sencillo, si caminas al día de 30 a 45 minutos ayudarás a tu cuerpo a disminuir el estrés.
-Aprende también un ejercicio de relajación, como puede ser uno de respiración y practícalo a diario.
-Resuelve los pequeños problemas, márcate metas razonables y realistas, y elimina de tu cabeza los pensamientos negativos: lo que piensas durante el día tiene una enorme influencia en tu salud y en tu nivel de estrés.
-Consigue que tu columna esté ajustada por tu Dr. Quiropráctico: la Quiropráctica ayuda a tu cuerpo a controlar el estrés y reduce sus niveles. Mejorando la función del sistema nervioso, tu cuerpo podrá regularse y te sentirás relajado, vivirás una vida mejor.