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En la consulta recibo la visita regular de muchas familias, desde abuelos hasta recién nacidos. Hoy quiero prestar atención en los pequeños y en su salud.
Muchos de los niños a los que ajusto lo hacen por prevención, para asegurarse que su cuerpo funciona de manera óptima y otros porque sufren de alguna dolencia. El asma es una de ellas, demasiado habitual en nuestros pequeños.
Se trata de una afección del sistema respiratorio que se caracteriza por la dificultad para respirar, la tos y la sensación de ahogo. Cuando respiran, los afectados por asma producen un silbido y en ocasiones, sienten dolor u opresión en el pecho. Durante un ataque de asma las vías respiratorias que conducen aire a los pulmones se estrechan e inflaman. Ello genera menos aire en el cuerpo y una mayor cantidad de mucosidad que obstruye, a su vez, las vías respiratorias.
Todos estos síntomas se generan porque el sistema respiratorio está fallando. Existen factores de riesgo para padecer asma, la predisposición genética junto a la exposición ambiental a partículas que pueden originar reacciones alérgicas o irritar las vías respiratorias. El polen, los ácaros de polvo, las esporas de moho, el pelo o la caspa de mascotas, el humo, el tabaco o la contaminación atmosférica pueden provocar reacciones asmáticas. Otros desencadenantes son el aire frio, el ejercicio e incluso algunos medicamentos como la aspirina y ciertos antiinflamatorios. Vivir emociones intensas como el miedo o la ira también pueden inducirla.
La ingesta de ciertos alimentos contribuye a controlar los síntomas. Las infusiones de jengibre, por sus propiedades broncodilatadoras, ayudan a prevenir y reducir la tos. La cebolla relaja los bronquios y el ajo reduce la inflamación de las vías respiratorias. El jugo de limón elimina la mucosidad que pueda quedar en los bronquios, de ahí su recomendación.
Los nervios que controlan los pulmones y la función respiratoria parten de la zona media del cuello (C3, C4 y C5). Cuando estas vértebras están subluxadas, es decir, desalineadas y bloqueadas, van a estresar esta zona neurológica, interfiriendo con el buen funcionamiento respiratorio, lo que puede causar todo tipo de trastornos respiratorios como por ejemplo el asma.
El objetivo del ajuste quiropráctico es el corregir estas interferencias para que los órganos reciban la información necesaria y desarrollen su función de manera óptima.
Gracias a los ajustes vertebrales conseguimos restablecer el equilibrio necesario para que el organismo se auto-regule y el paciente con asma mejore.
2 Comments
Gracias por la información me es muy útil puesto que padezco de asma
Muy interesante. Conocia el efecto de la cebolla y del ajo,pero no sabia los efectos del limon. Gracias por tu informacion.