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¿Has tomado antiinflamatorios alguna vez en tu vida o incluso peor estás tomándolos actualmente de forma habitual? ¿Conoces a alguien que tiene que tomar todos los días una, dos, tres o incluso cuatro de esas pastillas?
Después de leer este artículo, podrás pensar de otro modo sobre las aparentemente inocentes pastillas que engañan a tu cuerpo para que se sienta mejor.
En general, a la gente se le prescriben antiinflamatorios para aliviar el dolor causado por una lesión aguda (reciente) o por dolores crónicos. Pero las principales desventajas y problemas de este tipo de medicamentos es que simplemente tratan de encubrir un síntoma, sin abordar la causa real del problema. En otras palabras, son bastante eficaces para hacerle creer a tu cerebro que todo está bien cuando, en realidad, simplemente enmascaran los síntomas y los dolores. La acción de estos medicamentos se explica en su propio nombre: antiinflamatorios. Su función es reducir la inflamación. Pero, ¿no sería importante saber primero por qué hay una inflamación? ¿No deberíamos pensar que quizás si el cuerpo se inflama en una zona en particular es por alguna razón?
El cuerpo humano rara vez hace las cosas al azar y normalmente existe un fin específico y beneficioso para sus reacciones internas.
Cuando alguien que está corriendo da un paso en falso y se hace un esguince de tobillo, los músculos, las células, los ligamentos, los tendones, los nervios e incluso las arterias y las venas sufren daños. Se produce un desgarro y el dolor, la inflamación y la hinchazón surgen inmediatamente. No hay nada anormal en este proceso, al contrario, se trata de una reacción perfecta del cuerpo humano.
Desde el momento en que se produce la lesión el cuerpo comienza una cadena de reacciones y comienza el proceso de curación. La inflamación y el dolor son una cosa buena: los tejidos están rotos y dañados, por lo tanto, necesitan tiempo y descanso para sanar, por eso hay dolor e inflamación, están allí para proteger a la persona. Debido a este dolor y a la inflamación, la persona no tendrá otra opción que tener el tobillo en reposo y dejar que se cure (que es lo que se debe hacer).
Pero ahora imagina que esta persona empieza a tomar antiinflamatorios. ¿Que va a pasar? El medicamento disminuirá la inflamación normal y necesaria, disminuirá el dolor y la persona comenzará a caminar y a ejercer presión antes de lo que debería, sin dejar que el tobillo sane adecuadamente y causando más daños a las estructuras ya comprometidas (ligamentos, tendones, músculos, nervios, venas, arterias…). La ingesta de este tipo de medicamentos, puede ayudar a sentirse mejor antes, pero interfiere con el proceso natural del cuerpo humano y, en definitiva, causa más mal que bien al no dar al cuerpo la oportunidad de sanar de la forma en que debería.
Por no hablar de que el objetivo es sólo tratar el síntoma no la causa del síntoma. Lo mismo ocurre con el dolor de espalda agudo o incluso crónico. Lo que hay que descubrir es la causa del dolor de espalda y de la inflamación y no limitarse a la ingestión de un compuesto químico que sólo va a ocultar el dolor.
Los quiroprácticos se centran en la causa del dolor y de los síntomas en lugar de tratar sólo los síntomas. Los quiroprácticos saben que el cuerpo humano hace las cosas por alguna razón y saben trabajar en armonía con esa inteligencia innata y natural para volver a establecer un equilibrio adecuado. Una vez tratada la causa real de los síntomas, entonces y sólo entonces, el cuerpo puede comenzar a equilibrarse por sí mismo.
La quiropráctica trabaja, en primer lugar, de forma natural, utilizando la propia química del cuerpo y la potencia del sistema nervioso y, en segundo lugar, medicamentos tales como los antiinflamatorios son muy potentes y tienen efectos secundarios graves tales como la adicción, problemas en los riñones, el hígado y el estómago.
Esto no significa que en casos de urgencia o de fuertes dolores no se deban utilizar medicamentos, pero es importante entender que hay un lugar y un tiempo para todo. Cuando las soluciones son más naturales, más seguras y eficaces, la quiropráctica está presente, ¿por qué no darle una oportunidad? Tu cuerpo te lo agradecerá.