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Déjame hacerte una pregunta: ¿Crees que el dolor es un amigo o un enemigo? En mi opinión, el dolor y otros síntomas son nuestros amigos, porque a pesar de que, por lo general, no nos gusta experimentarlos, son los mensajes que nuestro cuerpo nos envía para decirnos que algo está mal.
Imagínate que pones la mano encima de la vitroceramica. En cuestión de microsegundos los nervios de la mano envían mensajes de dolor al cerebro y se produce un reflejo que mueve tu brazo lo más rápidamente posible para que evite quemarse. El dolor es bueno y necesario para evitar una lesión mayor. ¿Te imaginas lo que pasaría si te pusieras anestesia en la mano para no tener dolor y volvieras a ponerla sobre la vitro? Como no sentirías dolor, pensarías que no pasaba nada hasta que la piel empezase a quemarse y el calor causara un lesión grave en los tejidos.
Ya sé que esto es una exageración, pero quiero llegar a lo que la gente hace todos los días con su cuerpo: cuando tiene dolor (o algún otro síntoma), por lo general, toma algún tipo de analgésico o antiinflamatorio para adormecerlo, para no tener que preocuparse por la causa. Esto es básicamente lo mismo que si te anestesias la mano y dejas que se queme en vez de apartarla del fuego.
Mira, hay una ley en el Universo, llamada ley de causa y efecto, que dice que todo efecto tiene una causa, lo que significa que cada síntoma del cuerpo es causado por algo. Ya sé que el camino más fácil y rápido es simplemente hacer caso omiso de la causa y enmascarar los síntomas con productos químicos u otros medios paliativos, pero a veces, la manera fácil y rápida no es la mejor y cuando hablamos de salud, por lo general, es muy peligroso.
Así pues, ¿por qué no tomar el camino menos transitado, el camino que toman las personas que tienen una salud óptima? En ese camino, en lugar de tratar de engañar al cuerpo haciéndole creer que todo está bien, nos preguntamos: ¿qué me está pasando? ¿Cuál es la verdadera causa de mi problema? Y lo más importante: ¿cómo puedo solucionarlo? Porque hasta donde yo sé, un dolor de cabeza nunca ha sido causado por la falta de una aspirina en la sangre.
Verás que los síntomas son casi el 100% del tiempo que el cuerpo tiene que dedicar a su proceso de curación. El vómito elimina los alimentos tóxicos que, de lo contrario, nos envenenarían. La fiebre inmoviliza los gérmenes para que los glóbulos blancos de la sangre puedan destruirlos. El dolor reduce la movilidad y la actividad para que el cuerpo pueda regenerar células sanas. La inflamación es un intento del cuerpo para autoprotegerse, ya que elimina las células dañadas, y comienza el proceso de curación. ¿Por qué quieres eliminar estos procesos naturales que, en realidad, ayudan a tu cuerpo a estar saludable? ¿Por qué no dejas que las cosas sucedan por sí mismas? ¿Por qué no escuchar al cuerpo y dejar que su sabiduría te guíe a través del proceso de curación?